Cuando alguien invierte todo el corazón en un proyecto, cuando lo apuesta todo a ganador y descubre que le siguen cientos de personas ilusionadas, entonces cierra los ojos, llena los pulmones de orgullo y suspira profundamente.
Eso es lo que hemos experimentado todos los que hemos trabajado para hacer realidad el I Congreso Síndrome Up: abraza la discapacidad, que se ha celebrado en Pamplona este fin de semana.
Recién concluido el congreso, sentimos una alegría inmensa: no por lo que hemos logrado, ni porque nuestro congreso haya sido un éxito. No. La sentimos porque lo que hemos hecho ha tenido un sentido, ha sido útil, ha movido conciencias y personas a acercarse a la discapacidad con otros ojos. Hemos hecho algo que ha merecido la pena para otros.
En unos días llegará el momento de hacer balance de asistentes, visibilidad en medios de comunicación, número de talleres, ponencias, reacciones y valoraciones.
Hoy es el día del agradecimiento, a todos los que han hecho posible el congreso por sus horas dedicadas, su ilusión, su asistencia o su aportación económica. Gracias a todos.
Hoy también es el día de anunciar algo: amigos, esto no ha hecho más que empezar.
La epidemia Síndrome Up avanza. El contagio aumenta cada día. Y no tiene cura, no queremos que la tenga, porque creemos firmemente que merece la pena intentar que la sociedad mire la discapacidad con otros ojos y descubra capacidades valiosas donde algunos sólo ven limitaciones.
Gracias y hasta pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario