22 periodistas de Pamplona dedicaron el pasado fin de semana buena parte de su escaso tiempo libre a mostrar su oficio a chicos y chicas muy capacitados. Fue una gozada verlos, reunidos en una redacción diversa, animada, apasionada, curiosa, llena de vida, de ganas de compartir y de aprender.
La mayoría de los profesionales que acudieron trabajan en medios de Pamplona,prensa, radio, internet, televisión y agencias. Otros son colegas que pasaron a dirigir departamentos de comunicación empresas. Y algunos de ellos son profesionales por cuenta propia embarcados en proyectos personales.
Había que ver sus caras. Y no me refiero a la de los chicos y chicas, que disfrutaron, incumplieron la hora de cierre ;) y casi se negaban a abandonar la redacción al final del día, como ocurría con los periodistas jóvenes su primer verano de prácticas. Me refiero a los profesionales, que a pesar de llevar años en el oficio se comportaban una capacidad de sorpresa, una paciencia y una alegría que más que periodistas parecían becarios. Porque tengo el recuerdo de que hace años en las redacciones se sabía quiénes eran los becarios porque eran aquellos que se divertían haciendo su trabajo.
Mientras los contemplaba, admirado, me preguntaba si las empresas para las que trabajan son conscientes de esa labor que hicieron, si los conocen de verdad, si alguna vez les han planteado retos similares, si han pensado crear espacios en los que estos profesionales puedan volcar su creatividad, su pasión, o sus ganas de aprender y compartir. Me preguntaba, en fin, si las empresas son capaces de aprovechar ese potencial para mejorar el periodismo que hacen y trasladarlo a la sociedad.
Y, al verlos, pensé que una redacción como esa sería imparable.
Gracias a Amaia, Ainhoa, Aimar, Borja, Javier, María, Roberto, Rafa, Marian, Fernando, Baroska, Sara, Elena, Yulen, Marta, Gonzalo, Cristina, Jesús, Rubén, José Carlos, Jorge, Sergio.
Alfredo Casares
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